Me encantan los retos. Ayer descubrí Escribir jugando, una iniciativa de El blog de Lidia en la que cada mes se presentan imágenes que inspiran poemas o microrrelatos. El siguiente microrrelato lo he escrito para participar en el Escribir jugando (Diciembre). Aquí os dejo la imagen y la historia (100 palabras justas sin contar el título).
39.000 km/h
Lucía empezaba las noches en el patio con un café. No tenía dinero para aire acondicionado; los meses infernales era escritora nocturna. Posó la taza, el líquido reflejó el cuarto creciente. La asaltó la imagen del niño parlanchín que quería ser astronauta. Cogió una linterna y entró en el trastero. Rebuscó entre las cajas hasta que encontró el dibujo que había adornado la nevera toda la infancia de su hijo. «Debería estar contenta, está allí cumpliendo su sueño». Fue a la cocina, lo sujetó con un imán y suspiró. Jamás pensó que los años viajaran tan rápido como ese cohete.
Un micro lleno de sentimiento, sobre todo de la añoranza que siente una madre cuando su hijo/a ya vive su vida y mezcla el orgullo que haya cumplido sus sueños. ¡Muy bonito! Y con los elementos del reto muy bien integrados. Muchas gracias por tu participación.
El día 28 publicaré todos los participantes y el día 30, después de mi deliveración, haré público el Optimvs mensi (jeje).
Un abrazo, Laura 🙂
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Muchas gracias, Lidia, he disfrutado mucho escribiendo el texto a partir de la imagen y por lo que me comentas he conseguido transmitir lo que pretendía, así que con eso ya estoy contenta, claro que si gano, pues mejor ja ja. Un abrazo para ti.
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Muy bien aprovechadas esas 100 palabras, Laura. Un relato tan sugerente como todos los tuyos. Me identifico con esa madre que siente la velocidad a la que han volado los años y como sus hijos, para cumplir sus sueños, han tenido que alejarse tanto de ella. Un abrazo
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Muchas gracias, Belinda, la idea surgió porque ayer, mientras esperaba para recoger un paquete en correos, dos mujeres hablaban precisamente de cómo habían volado los años y sus hijos se habían marchado a hacer sus vidas; cómo se habían quedado solas y, aunque la soledad les gustaba, echaban tanto de menos los tiempos alborotados. Me encajaba todo perfecto con la imagen. Un fuerte abrazo.
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Fantástico, en todas tus narraciones consigues que nos identifiquemos, si no es en carne propia, es alguien cercano. Sabes muy bien cómo llegar a las personas. Gracias por tus relatos
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Gracias a ti, Soraya, por leerme y decirme palabras tan bonitas. Un abrazo.
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Un relato muy emotivo para una madre como yo a la que también el tiempo se le ha pasado muy deprisa, pero muy orgullosa del camino que sus hijos han tomado .Gracias Laura por escribir este relato con tanto sentimiento para una madre.Un abrazo.
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Gracias, Anaís, me alegro de que te haya emocionado. Un fuerte abrazo.
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