Apuestas
Sospeché que no iba a clase cuando se me extravió el tercer billete. Dejé la cartera visible, por la mañana había desaparecido otro. Lo seguí. Caminó apurado hasta unas escaleras, se ajustó la gorra y, con las manos en los bolsillos, bajó los peldaños saltando hasta la casa de apuestas.
Esta es mi participación en Emociones en 50 palabras (noviembre). Un micro de 50 palabras para hablar de una lacra que crece en las ciudades. No es casualidad que las casas de apuestas estén proliferando en los barrios obreros. Conocen muy bien su público objetivo. Entre ellos, los jóvenes.
¿Ha aparecido alguna últimamente por tu barrio?
¡Me gusta! Veo que también participas en el reto de Sadire. Y tu relato me parece eléctrico, cosa complicada en tan pocas palabras. ¡Saludos!
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¡Sí! Si no me equivoco, sólo me salté el reto el mes pasado porque anduve falta de tiempo, me lo paso genial participando ☺
Eléctrico es un adjetivo que me encanta, ¡Muchas gracias! Saludos.
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Sacar a la luz un problema que se está haciendo reiterativo en muchos países, debe servir para alertar a los padres sobre la conducta de sus hijos. De seguro que vas bien en el reto por que tu relato es excelente.
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Es un problema que está creciendo muy rápido, cada dos por tres aparece una nueva casa de apuestas y los jóvenes son los más afectados, con las consecuencias para toda la familia, claro. ¡Muchas gracias, Manuel!
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Pues solo me queda felicitarte. Es increíble el nivel de los relatos a pesar de estar tan limitadas las palabras. En este caso, me encanta el tema que has elegido (aun me sigue sorprendiendo lo versatil que puede resultar una misma imagen). Por último, darte la razón: cada vez son más las casas de apuestas. Y te digo más: me indigna un poco la cantidad de publicidad en el medio audiovisual.
Enhorabuena!
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Sí, la publicidad también es indignante. Un problema que crece en el que hay que poner medidas y regulaciones. ¡Muchas gracias!
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Buena capacidad para condensar una imagen narrativa en pocas palabras. Me gusta tu aportación, Laura Urcelay.
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Muchas gracias, Guillermo, por eso me gustan estos retos, me hacen estrujarme para contar una historia en pocas palabras, creo que es una habilidad importante para escribir bien. Saludos.
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En mi país y época eran los video juegos en los mercados y centros comerciales, algunos tomaban dinero de sus padres para ir a esos centros.
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Hola, Harold. Sí, cuando yo era pequeña vivía justo encima de un salón de recreativos. Mi hermano alguna vez cogió dinero a mis padres para bajar, pero era distinto, una partida costaba veinticinco pesetas y no creaba la adicción y ruina que están generando las casas de apuestas sobre todo deportivas. Saludos.
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