Sant Jordi confinado

El año pasado por Sant Jordi vivía en Cantabria y me vine a Barcelona a grabar este vídeo con mi primer libro Mujeres de retales. Este año vivo en Barcelona y hoy no podré presentar mi novela Hasta luego futuro por las calles catalanas. La vida es así de caprichosa.

Tenía planes geniales: inauguraba la feria en el pueblo donde vivo desde hace 10 meses con un manifiesto sobre la literatura en el que pensaba hablar de la importancia de apoyar a las autoras; firmaba mi novela a quien se quisiera acercar; y celebraba una fiesta en la escuela donde estudio catalán en la que se desvelarían los ganadores de un concurso de relatos que llevaba por nombre: Sant Jordi, la amistad y el amor.

Todo cancelado. A cambio nos hemos puesto delante de las cámaras, mi manifiesto feminista-literario se ha convertido en un manifiesto sobre la importancia y el poder de la literatura en tiempos complicados en el que animo a la gente a llenar las librerías cuando pase el confinamiento; los ejemplares de mi novela están aquí conmigo muertos de risa; y en la escuela también nos han hecho grabarnos leyendo el relato para que se emita por la radio.

A pesar de todo, hoy tenemos muchas opciones para celebrar este Sant Jordi confinado. Os cuento lo que haré yo.

  • Os dejo aquí el relato que escribí para la escuela en su versión castellana, tened en cuenta que lo escribí antes del confinamiento, por lo que hace alusión a un Sant Jordi normal, si lo hubiese escrito después, seguro que me habría salido una historia diferente, de hecho ahora hasta se me hace raro releerla.
  • A la 13:00 quiero ver el directo en Instagram de Almudena Grandes.
  • Estaré por las redes compartiendo los vídeos de los que os he hablado.
  • Leeré, por supuesto, quizá incuso termine el libro que tengo entre manos.

Contadme ¿qué planes tenéis vosotros para celebrar este día tan especial?

La tradición de Sant Jordi en Catalunya consiste en regalar libros y rosas

Rara Avis

No es que sea una rata de biblioteca, tengo amigas de mi especie y a veces hasta las veo, pero nada comparado con un domingo de silencio absoluto, olor a hoja impresa y ojos irritados de tanto leer.

Es un amor incondicional, por su parte, yo sí pongo condiciones y son bastante estrictas: nada de novela romántica ni fantasía épica, no lo tolero; un poco de ciencia ficción y quizá un thriller no me haga demasiado daño; pero mis estanterías están repletas de historias realistas, dramas de vida, de los que remueven las tripas de pena y de rabia.

Podrías pensar que, siendo catalana, me encanta ir a Barcelona por Sant Jordi, parece lógico, pero resulta que no soporto el aroma de las rosas mezclado con el sudor de la multitud. Fui una vez, el sol achicharraba, el barullo de las voces se me fue colando como un virus que me debilitó los músculos y casi me caigo muerta junto a la Fuente de Canaletas después de recibir varios empujones. No, no, yo por Sant Jordi me quedo en el pueblo, que la gente es más pacífica y no se montan esas colas interminables para que te firmen un libro, porque los autores que vienen no son comerciales, por eso, a veces, descubres verdaderas joyas que te enamoran. Porque yo me enamoro con todas las consecuencias.

Cuando cuento que me he enamorado, la gente se alegra, tienen miedo de que me quede solterona, pero en el momento que empiezo a hablar de la historia en cuestión y descubren que me refiero a un libro, a unos personajes, a una forma de narrar, el gesto de ilusión con el que habían recibido la noticia se torna decepción, a veces condescendencia. No lo entienden, yo lo siento así, de verdad, no lo digo por hacerme la interesante. Me enamoro de las novelas y paso por cada una de las fases del amor. En la primera fase no dejo de pensar en el libro, quiero estar a solas con él, sentirlo cerca, ando como embobada por todas partes, ilusionada, eufórica; luego me sereno un poco y suelo preguntarme ¿estará la historia ahí siempre que la necesite? ¿Podré contar con ella para los buenos y los malos momentos? Cuando la respuesta es un sí rotundo, tengo claro que quiero seguir hasta el final. La última fase es más sosegada, madura, cuando ya he conocido la historia completa, hago una valoración más profunda y aparecen el apego, la ternura, el afecto. Si he llegado hasta aquí, el libro permanece para siempre en un lugar privilegiado de mi estantería.

En fin, quizá no sea una rata de biblioteca, pero entiendo que haya quien me considere una Rara Avis.

FELIZ SANT JORDI

3 comentarios en “Sant Jordi confinado

  1. Feliz Sant Jordi!! Qué cantidad de actividades tenías preparadas… Es una pena, pero al menos has podido hacer algo a través de redes sociales. Yo también me enamoro de los libros, pero no de todos, claro. Me pasa como a ti. Un fuerte abrazo

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    • Feliz Sant Jordi, Mayte!! Sí, tenía un día movido. Una pena, el primer año que estoy aquí viviendo y mira…la vida es así. Pues yo ahora mismo estoy enamorada de tu novela!!!! De verdad, la empecé hace unos días y estoy a punto de acabarla, así que otro de mis planes para hoy es ese 😍😍😍 que personajes más bien elaborados!! Un abrazo enorme.

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