
A esos cuervos no se les engaña fácilmente. Vinieron al atardecer, cuando el cielo parecía un campo de caléndulas que tiznaron con su oscuridad. Los pollitos estaban en un bidón volcado, bajo el calor de su madre, menos el último, que tenía el cascarón pegado al culito y piaba de frío. El piar fue la señal. Los cuervos bajaron al huerto, me ignoraron y estiraron al pollito como si fuera una goma elástica hasta que lo partieron en dos. Los atuendos estrambóticos que me había puesto la señora solo valieron para que me sintiera la espantapájaros más inútil del pueblo.
Con este microrrelato de 100 palabras (sin contar el título) participo en el reto Escribir Jugando (Junio).
Ayer nacieron pollitos en casa. Ninguno ha sufrido daños. La gallina ha picado a la gata.

Ooh, sorpresa final. Narrador inesperado, aunque desgarradora historia… ¡pobre pollito! 😥
Muy bien tejida la trama en tan pocas palabras. Buen trabajo, Laura.
Muchas gracias por participar en el reto.
Un abrazo 😀
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Gracias, Lídia, pobre pollito con lo bonitos que son. El adjetivo «desgarradora» encaja a la perfección con la historia 😅Prometo que es todo ficción 🐤 Un abrazo.
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Sí, cuando usé ese adjetivo pensé que era demasiado sádico por mi parte, pero… es lo que sentí jeje
Menos mal que es ficción. Por cierto, la foto del gato detrás de la valla con la mirada atenta sobre los pollitos es también inquietante jajaja Aunque es precioso el escenario de vida natural.
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¡Sí! jajaja, la gata estaba relamiéndose. La foto la sacó mi suegra para que viera las intenciones de mi gatita cazadora 😉
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Pingback: EJ: Creaciones participantes | El Blog de Lídia
Muy creativa al mostrar los conflictos existenciales del espantapájaros. Un saludo.
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Gracias!!! 💜💜💜 saludos
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